"EL ALFARERO"

LA ARCILLA, SEGUIRÁ SIENDO BARRO, MIENTRAS NUESTRAS MANOS PERMANEZCAN LIMPIAS...


Arcilla


- Desde la curiosidad del alumno, condición necesaria para dar inicio a todo proceso de aprendizaje, hasta la satisfacción final por el logro alcanzado, tanto del Discípulo como del Maestro, encontramos distintas situaciones y momentos en la historia de El Alfarero que vale la pena resaltar.


   Hablamos de un alumno "curioso", tenaz, trabajador, perseverante, cuya tarea no se limita solamente a obtener un producto final más o menos acorde a lo solicitado, sino que por el contrario, se dedica a perfeccionar sus logros, obteniendo pequeños avances hasta lograr la satisfacción por lo realizado.



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   Por el lado del docente, motivador, facilitador, dando su ejemplo, incentivando al discípulo a trabajar, aún equivocándose, no una, sino varias veces. Aportándole los medios materiales (la arcilla) y los recursos tecnológicos apropiados (el torno). Tratando de obtener de éste, lo mejor de sí, pero dejando que aplique su propia experiencia, avanzando hacia el logro de sus objetivos. Esta experiencia, que luego podrá ser aplicada en diversas situaciones y problemáticas futuras. 


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   Y cuando parece que hemos culminado el proceso, aparece una última instancia de éste. Indicándonos que siempre se puede perfeccionar y superar lo aprendido. La enseñanza final: Dar nuestro propio "espíritu" al trabajo, a la tarea realizada. Tomar las enseñanzas de nuestros maestros, aplicarlas a nuestra propia producción, y darles nuestro carácter, nuestro sello.


    Al relacionarlo con la enseñanza de la Arquitectura, debo mencionar la frase de Mies Van Der Rohe "Diseñamos lo que Conocemos", indicando que la Historia de la Arquitectura y la obra de los grandes maestros de la Arquitectura, son la fuente desde donde debemos alimentarnos para la producción arquitectónica; y que una vez que hemos adquirido y resignificado los elementos que nos ayudarán a lograr nuestro objetivo, que los hemos internalizado, que forman parte de nuestro lenguaje,  es ahí donde debemos hacer nuestro mayor aporte, donde debe aparecer nuestro sello; aquello que implica dar un paso más, proponer sobre lo ya logrado. 


    Por último, es Chistopher Alexander, quien en su libro Pattern Language, nos dá una Justificación Práctica de la aplicación de este proceso de aprendizaje, cuando propone:

     ..."De nada nos sirve reinventar mil veces la rueda, a veces sólo necesitamos usarla y lo más razonable será tomar la rueda que alguien más, o muchos alguienes más ya inventaron y perfeccionaron; a veces es casi una rueda lo que necesitamos, entonces nos ahorraremos mucho trabajo comenzando con una rueda y modificándola, que haciendo todo desde el principio y sin ayuda. Y así, hasta que lograremos mejorar un poco el diseño de la rueda y podremos publicar nuestra humilde aportación a la humanidad".



  


  




   

   

Comentarios

  1. Mario: creo que en esta entrada has logrado una buena instancia de reflexión y aplicación de conceptos. Me gusta el tono en el que lo has escrito y el título es muy significativo e invita a la lectura. Una observación: no te parece que podrías eliminar algunas etiquetas?

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